
Vine a buscar a mi papá, para entender mi origen y cuándo fue que la tristeza y la droga terminaron por dominar mis pensamientos y consumir mi vida…
Estas palabras calaron hondo en mi corazón, porque, aunque no soy su madre, estuve a su lado desde que soltó su primer grito en este mundo y hoy estoy aquí, en esta cocina donde sé que fue feliz, esperando a que regrese. Estoy recordando su relato y me duele todavía…
Ni con todo este desastre y mis debilidades que sabes que tengo, tía Cynthia, puedo sacarme de la cabeza el reclamo de mí vieja: “Ya no puedo con vos, ya no sé qué más hacer”. Tenía tanta rabia… La única imagen que me acompaña de ella es la de un vacío grande, de algo muy oscuro donde solamente la encuentro por su perfume y porque ahí fué capaz de decirme: “Se llama Pedro López y es tucumano, lo último que sé es que sigue viviendo en ‘La Bombilla”.